Todos rodilla en tierra: rojos, rojitos.
De la Bicha azulita a la Rojita.
¡No a la Caperucita!
“Es preferible morir de pie
Que de rodillas vivir”
Hasta pensador, creador de naciones, constituyente, fablistán, tahúr, resucitado del autogolpe de Abril 2002, mago, Deus ex machina. ¡Qué grande eres Presidente! Ahora no pudiendo ser beisbolista, ni obispo, ni general, ni papa, ni dándonos papa, ni pan, ni techo, ni salud, nos das ideología. Al igual que Marx, Cristo y Don Quijote. ¡Que Bolívar te queda chiquito, muy chiquito, al igual que el bolívar fuerte! Chavitos serán los amuletos de piedra lijada útiles para el trueque de la nueva sociedad solidaria. Tú, Chávez serás nuestro valor de cambio. Desde tí arranca la historia de nuestro continente, ¡perdón! del mundo. Padre del mundo, príncipe de la paz, sobre todo cuando tu puño amenaza contra tu mano abierta. Rodilla en tierra, todos ante tí postrados, adorándote. Sol de nuestro planeta, así lo dijo tu gran rodillólogo Carlos Escarrá. Tu busto será labrado pronto con mármoles de Irán y piedras de Corea, galápagos de Ecuador y hojas de coca bolivianas. Tú en el medio del Caguán como Moisés redentor y liberador, cortando las aguas, pidiendo tierra liberada para que las FARC misericordiosas suelten a los secuestrados. Cambiando delincuentes por inocentes cual Cristo escatológico. Unos delincuentes que sin derecho alguno, sin ser jueces sino fanáticos de una ideología forajida, acaban y juegan con la vida de personas inocentes y se la malogran para siempre. ¿Cómo puede alguien negociar con escoria de tal estirpe? De un poder que el pueblo le dio con abundancia sospechosa por las cifras infladas del CNE, Chávez se apropia y se convierte en soberano, ungido, Mesías “per saecula seculorum”. En un sistema socialista se reparte y comparte el poder y las responsabilidades. En nuestra ideología bolivariana el poder reside en el Comandante y sólo en él. Todo el poder para el soberano de Miraflores. Y, luego, ¿cómo queda la prohibición de los monopolios? Sobre todo el monopolio del poder en tus manos y en las de tus acólitos. Ir a elecciones o referendos es tiempo perdido con tanto muerto votante, tanto doble cedulado, tanto extranjero inscrito. Allí votarían Fidel agonizante, el presidente iraní, el macho de Eva, la nómina de maestros cubanos que Adán se trajo y hasta la senadora (perdón: cenadora) colombiana Piedad Córdoba. Saddan Hussein testamentó que su voto fuese “sine die” siempre para el proceso. En el CNE está registrado su testamento y su huella. En las embajadas venezolanas votarán a favor de la Reforma los nicaragüenses, cubanos, iraníes, bolivianos, ecuatorianos, argentinos, los maiameros y hasta los habitantes del Bronx. Total: Rojos, rojitos, rosaditos cuando se decoloran, hasta ya no tener sangre en las venas porque la han usado para teñir trapos, banderolas y constituciones. Pobre pueblo nuestro, pero la ingenuidad y la bobera se acaban cuando hay hambre, llueve y no tenemos techo, hace frío y lo que nos abriga son harapos o cuando vemos que nuestra riqueza la disfrutan otros. Cuando este pueblo se levante será por culpa suya, al igual que votaron contra AD y COPEI creyendo en tu vozarrón de militar sometido, aprendiz de locutor, soñador de ser cantor y de tener un avioncito de juguete. Pero, uno se pregunta: ¿Y para qué quiere tanto poder el Presidente si ya tiene ocho años mandando, que no gobernando, y lo único que ha demostrado es que no sabe gobernar? Si no ha resuelto ningún problema de los que más nos aquejan. Y ¿quién nos asegura que hasta aquí llegan las reformas? “En una revolución no hay nada escrito” afirmó el Baqueano de Sabaneta en el Aló Presidente del domingo 23 de septiembre. Y, si mañana amanece iluminado nuestro Baqueano y no le gusta ya la palabra “comunas” y cree que es mejor que nos dividamos por tribus y las tribus en hordas, o que nuestros gobernadores se llamen caciques. Si los españoles nos conquistaron con caballos y perros, es necesario eliminar a estos animales de la faz de la tierra para que no queden vestigios de la civilización occidental. Y alzaremos altares a Guacaipuro, Paramaconi, Tiuna y demás esforzados ancestros nuestros para que tengamos nuestros dioses lares. Bueno, yo no me opongo a que esas ideas se debatan, pero déjennos elegir. En Mérida hablaremos tímotí, en Valera cuica o en Carache. Y en el país se decretará la cultura caribe y así nos caribearemos unos con otros. Deberíamos confeccionar curiaras y no comprar submarinos, la industria bélica endógena solidaria y ancestral debiera confeccionar macanas, bates, flechas, dardos y no gastar tanto dinero para dárselo a los rusos a cambios de los Alahasnikov. Y las seis horas de trabajo habrá que imponérselas a los buhoneros (mas de cinco millones) porque ellos son los únicos que trabajan más de ocho horas. Y los que supuestamente hemos leído a Marx, Mao, Fidel, Lenín y todo ese sartal de errores de la historia, qué nos pondrán a hacer en las horas de ideologización. Pues bien, para filósofos, historiadores, politólogos y economistas se impondrán penas de hacer planas a favor del soberano, cien flexiones o treinta piscinas. Otra gran curiosidad por el nuevo proceso serían los nuevos mapas de Venezuela, uno diferente cada día con su respectiva reforma constitucional, librito respectivo hasta agotar todos los colores del espectro cromático. La oposición, y la oposición no son los partidos políticos ni los chavistas, sino toda la sociedad venezolana, la armada y la civil, debe tomarle la palabra al Presidente interino: no aprobar ni un ápice, coma o punto de la reforma. Toda, todita, no. Ni un solo artículo. El propositor del paquete o combo quiere que la aprobemos con los ojos cerrados y con un pañuelo en la nariz, sin cambiarle una coma. Pues bien, la proposición nuestra es al revés. No destaparla. No jugamos, no agarramos ese trompo, no somos toreros para comer trapos rojos. ¿Con cuántos se aprueba una reforma cuasi-constituyente? De hecho, después de Chávez, ya faltan ocho años menos, la sociedad venezolana tendrá que reagruparse, unirse, defender nuestro país que ha sido entregado a los más oscuros intereses de la humanidad: el narcotráfico, la venta de armas, la mentira, la sodomía, la humillación, la discriminación, el fundamentalismo. Hasta habrá que repensar en elaborar una estrategia de independencia de Venezuela frente al poder de los cubanos, argentinos, etarras e iraníes que nos tienen sometidos y a-testiculados.
Miguel Montoya
Septiembre 2007.