Hay una amiga a la que tengo en una gran estima, valiente, inteligente, preparada, estudiosa...buena amiga llena de valores y principios morales.
Desde hace un tiempo ha estado enfrentada con alguien debido a una carta pastoral.
Hoy me pide el favor que publique en el blog esta carta porque "
Así llegará a muchas más personas, especialmente a los católicos que andan algo confundidos y despistados por estas calles de Dios..." palabras textuales en la peticion de Ines. Y, por supuesto, lo hare.
Aqui tienen la carta:
¡Al fin entiendo a Mario!
He estado estudiando la propuesta de reforma a la Constitución y súbitamente en mi mente se aclararon todas las dudas sobre su insistencia en que la feligresía se interesara en la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Durante meses gasté mi tiempo y capacidad intelectual para descifrar su bendita Carta Pastoral pues a pesar de sus treinta y tantas santas citas, había algo que no me cuadraba.
Hoy, luego de muchos meses y mucha tinta en diarios y muchas entrevistas - presentadas por los medios - a muy respetables miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana me siento liviana, a salvo de sus indirectas sobre la “maledicencia”. Mi Iglesia está clara. Y me siento cada día más orgullosa de formar parte de ella.
Perdone Ud. Monseñor, mi torpeza en entenderlo. La propuesta de modificación al artículo 70 me aclaró su previsión. Ama tanto a su Iglesia que no quería que la revolución la colocara en una situación de supuesta inconstitucionalidad. Realmente fui muy torpe al no tomar en cuenta aquellas palabras suyas en el Sínodo, cuando nos advertía sobre la necesidad de tomar la delantera antes de que fuera demasiado tarde para los católicos. El citado artículo está clarísimo:
“Son medios de participación y protagonismo del pueblo, en ejercicio directo de su soberanía y para la construcción del socialismo: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocación del mandato, las iniciativas legislativas constitucional y constituyente, el cabildo abierto, la asamblea de ciudadanos y ciudadanas, siendo las decisiones de esta última de carácter vinculante, los Consejos del Poder Popular (consejos comunales, consejos obreros, consejos estudiantiles, consejos campesinos, entre otros), la gestión democrática de los trabajadores y trabajadoras de cualquier empresa de propiedad social directa o indirecta, la autogestión comunal, las organizaciones financieras y micro financieras comunales, las cooperativas de propiedad comunal, las cajas de ahorro comunales, las redes de productores libres asociados, el trabajo voluntario, las empresas comunitarias y demás formas asociativas construidas para desarrollar los valores de la mutua cooperación y la solidaridad socialista”
Hemos colocado en letra cursiva las modificaciones o adiciones propuestas, y hemos subrayado los dos aspectos más significativos de la reforma de este artículo: la participación ciudadana condicionada a la construcción del socialismo y la inclusión del trabajo voluntario en la lista de los medios de participación ciudadana para lograrlo.
La lógica conclusión de todo esto es que de ahora en adelante, el trabajo voluntario que desde hace más de 500 años viene realizando la Iglesia Católica en el continente, en el futuro deberá estar - desde el punto de vista constitucional - orientado a la construcción del socialismo. (Desde el trabajo misionero con los aborígenes, con los pobres y olvidados, hasta la labor pastoral y social por todos los rincones de la patria y en todos los estratos de nuestra sociedad) Eso incluye también trabajos voluntarios no necesariamente pastorales pero que se realicen como ayuda o auxilio a los semejantes, tales como el voluntariado penitenciario, las Damas Azules, las Salesianas… etc.
¡Que tarde le entendí, Señor Obispo! ¡Con razón nos invitaba a participar en esa obra! Según la propuesta constitucional, la participación ciudadana solo es legal si se realiza con la finalidad de construir el socialismo bolivariano.
El problema ahora es ¿Cómo aprobar la reforma luego de comprender las advertencias de la CEV sobre su inmoralidad? ¿Nos separamos de nuestra Iglesia? ¿Formaremos parte de una “Iglesia Bolivariana”?
Con todo respeto, Inés Cecilia Ferrero Kellerhoff. C.I.V. 3429136.